20100630

Los candidatos se preguntan: ¿Acaso seré yo maestro?

twitter.com/sergioalanrojas


Existen dos preguntas que en este momento y durante muchos meses se harán no sólo al interior del priísmo, sino también dentro de los partidos políticos que hoy gobiernan al menos en un municipio en cualquier parte de la República Mexicana después del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, virtual ganador de la gubernatura de Tamaulipas por la alizana del PRI, PVEM, y Nueva Alianza: ¿quién fue?, y ¿para qué lo hizo?.

La primera pregunta puede tener hasta el momento como probable respuesta lo que publicó ayer Salvador García Soto en “Serpientes y Escaleras” su columna de “El Universal”, menciona que los autores potenciales del asesinato pudieron haber sido los del “Cártel del Golfo”, o el grupo de “Los Zetas”, ya que ellos son quienes se están disputando la dominancia del territorio tamaulipeco desde hace mucho tiempo. Es por esta razón que el gobierno federal ha detectado como segundo foco rojo el estado de Tamaulipas. A pesar de esto, las acciones que se hayan tomado desde Los Pinos no han mermado los ataques del crimen, tanto que ahora la víctima es un gobernador virtualmente electo.

La segunda pregunta: ¿para qué lo hizo?, hasta ahora se tiene como principal hipótesis la desestabilización social. Esto es, mientras el gobierno -hablando de los tres niveles- hacen sus intentos por frenar al narcotráfico y hacen planes por devolverle a la sociedad la libertad y la paz de la que ha sido privada, el crimen organizado da una clara muestra de lo vulnerable que somos ante ellos, y de la corta estrategia que tiene el gobierno para frenarlos. Así pues, tenemos que mientras el gobierno federal está entretenido en ganar las elecciones de este año, mientras anda despidiendo de su puesto al hermano del secretario de gobernación federal, y mientras se pelea con los gobernadores de los estados, el narcotráfico le dice al gobierno silenciosamente pero con rudeza: “o copelas o cuello”, y lograr así que vivamos una psicosis nacional.

A esas dos preguntas yo le agregaría una tercera que, solamente en corto y sin que nadie los oiga, se hacen los que dirigen los gobiernos y también los que serán electos de aquí al 2012 o hasta que se acabe la “guerra”: ¿quién sigue?, hay quien la hace de otra manera dependiendo el grado de religiosidad: ¿acaso seré yo maestro?. Y no es para menos esta preocupación, el narco avisó con dos asesinatos previos a alcaldes en Tamaulipas y otro en Chihuahua, todos saben que en los estados como Guerrero, Michoacán, Sinaloa y Tamaulipas está gobernando el narco, al igual que en ciudades como Torreón, Nuevo León, y Acapulco. Adicional a esto, como se ha demostrado en los hechos, la capacidad de combate del gobierno federal se ve desfallecida ante un problema que está hechando raíces en la sociedad, es tan delicado el desafío al que se enfrenta que en uno de los estados que mencioné, los taxistas se han convertido en los “soplones” e informadores de los narcos.

En situaciones como ésta es cuando se vuelve a abrir un debate incipiente en los medios de comunicación sobre una postura eficaz de combate al narcotráfico, y digo incipiente porque hasta el momento no se llega a una decisión de consenso, la decisión hasta ahora tomada ha sido unidireccional, que pudo haber sido considerada buena en ese momento, y que ahora requiere un replanteamiento que nos lleve hacia el bien común. Se habla de “colombianizar” al país, y esto significa en síntesis que el gobierno tendrá guerra con el narco, que habrá mucho más muertes tanto de culpables como de inocentes, y de candidatos a puestos de elección popular, además de esto, obligatoriamente tendremos que recibir apoyo -entiéndase: dinero- de los vecinos del norte porque con nuestros recursos simplemente no sería suficiente, exactamente igual que le pasó a Colombia. Por otra parte, también están los que se postulan a favor de la legalización de las drogas tal como sucede en Holanda, donde no existen índices de violencia debido a este tema. Pero más allá de que se quiera imitar a otras naciones, el gobierno tiene que ser honesto y poner en la balanza ambas posturas para definir en conjunto con la sociedad cuál es la mejor opción para la reconstrucción de nuestra nación, y lo repito: es una decisión tomada con la sociedad de la misma forma en la que nos preguntaron si estábamos de acuerdo o no en que el presidente asisitiera a Sudáfrica para la inauguración de la Copa Mundial de Futbol. Y si a mí me preguntan mi opinión, yo estoy a favor de la legalización, pero como no me van a preguntar, entonces me reservo mi pensar hasta que alguien se moleste en consultarnos.

En Puebla sucede una cuestión particular comparado con los demás estados. Debido a la zona estratégica en la que nos encontramos, es aceptado a nivel de gobierno que los narcos tienen en su ruta el estado de Puebla, y que como lo fue con los españoles en tiempos de la colonización, es un lugar de paso. Esto significa que los narcos no pretenden dominar el mercado poblano con un “Chapo”, o con “La Familia”, más bien lo que están haciendo es tener al estado de Puebla como el lugar donde pueden vivir con sus famliaas tranquilamente sin ser molestados. Con esto, no niegan en el gobierno local que existe narcomenudeo, eso lo hay, pero hasta el momento está controlado y no es conveniente molestarlos, es decir, hay un pacto de paz para que los narcos y sus famlias habiten sin rubor donde se les antoje y para que el gobierno no tenga que preocuparse por jugar a los “policías y ladrones”.

Siendo este el escenario del narco para Puebla, los actuales candidatos a cualquier puesto pueden dormir tranquilos porque nadie los va a molestar durante la jornada electoral, ni cuando pase la jornada, y tampoco cuando entren a gobernar si es que el pacto es continuado por ellos mismos. Por lo tanto, pueden ocuparse durante esta semana de comprar sus últimos votos, hacer las pifias que tienen estudiadas, y escandalizar de la forma en que lo saben hacer si no ganan la elección, porque Puebla para nuestra fortuna o desfortuna, es el Cancún de los “non gratos” del gobierno federal, y ustedes, como dijera Adela Micha: “ustedes, no están nominados”.


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